El colorista: entre técnica y creación (II)

Por Carlos Medina, experto y asesor en Tecnología Audiovisual.
Los largometrajes, las series, la publicidad, los programas de televisión, los videoclips, los cortometrajes, los documentales e, incluso, los contenidos audiovisuales para redes sociales en sus diferentes versiones son parte del ocio y del entrenamiento. Este escenario en el que nos movemos en la actualidad permite que cualquier profesional de la imagen que se precie – sea o no colorista – sepa emplear las posibilidades que los distintos softwares ofrecen.
Todas estas soluciones de programas y aplicaciones informáticas comparten un conocimiento común y con el que, simplemente a través de unas herramientas u otras, podemos modificar, ajustar, equilibrar y definir lo visual. Por tanto, es el momento de comentar algunos parámetros (los que me parecen imprescindibles) a la hora de afrontar una sesión de corrección de color o de gradación de color o, incluso, con los que llegar a convertirse en un colorista cualificado:
– Resolución: es el número de líneas o de píxeles que forman una imagen en sentido horizontal y vertical (alto y ancho). Por ello, la cantidad de líneas/píxeles que cubre un espacio. Por eso también es conocido como resolución espacial. A mayor número de líneas/píxeles, mayor detalle, mejor definición en la imagen, más información visual y, en consecuencia, mayor calidad.
Es importante tener claro este parámetro por lo que supone en la actualidad compartir imágenes de distintas resoluciones en un mismo proyecto. Esto supone distintas calidades y texturas a la hora trabajar lo visual. Es importante tener este parámetro en cuenta desde el mismo momento de la elección de la cámara de grabación/rodaje.
– Relación de aspecto (Aspect Ratio): se calcula dividiendo el ancho entre la altura de la imagen visible en pantalla, y se expresa normalmente como “X:Y”. El resultado visual depende de la relación de aspecto y obtenemos imágenes cuadradas o imágenes panorámicas. Las imágenes según la procedencia del entorno profesional (televisión, broadcast o cine) tienen una proporción entre el ancho y la altura diferente.
La relación de aspecto en la era de la televisión SD fue, aproximadamente hasta 2009, de 4:3, que en cine se expresa como 1.33:1. Las imágenes de alta definición (FHD) tienen que ser de una relación de aspecto de 16:9 (en cine: 1.77:1 es decir 1,77 veces más ancho que alto).
Otras relaciones de aspecto utilizadas en cine, en la actualidad, son: 18:9/2:1; 14:6/2.35:1; 11:4/2.76:1, e incluso visión circular 360° (en cine 12.00:1).
En algunas ocasiones, este parámetro recibe las denominaciones de relación dimensional, ratio de aspecto, proporción de aspecto o razón de aspecto.
– Frame Rate: traducido como la tasa de fotogramas. Expresa el número de fotogramas (cuadros) por segundo en una imagen en movimiento. Sigla FPS. Un dato de gran importancia durante todo el proceso, desde la captación en cámara hasta la masterización para la distribución en los distintos entornos productivos: cine, televisión, streaming y redes sociales.
– Luminancia (Y): es el componente de la señal de vídeo que representa la información del nivel de blanco y negro que tiene. Dicho de otro modo, es la medida fotométrica del brillo de una imagen de vídeo. Por tanto, nos da los valores del blanco, del negro y de los grises de una imagen.
Es un parámetro muy técnico que hay que saber interpretar de cara a la correcta salida del material master de emisión/exhibición.
– Crominancia (C): término técnico que designa y define los componentes de color de la señal de vídeo y contiene información de los colores primarios R (rojo), G (verde) y B (azul) en síntesis aditiva. De igual importancia que la luminancia (Y) para un correcto proceso técnico de la imagen/vídeo a entregar.
– Contraste: parámetro fundamental para ajustar el nivel de intensidad entre el blanco y el negro de una imagen, matizando los valores de la escala de grises. Su modificación da como resultado imágenes más lavadas o más contrastadas. Está muy relacionado con otros dos conceptos, rango dinámico y latitud, y son muy importantes a tener en cuenta a la hora de elegir un tipo o modelo de cámara de vídeo, cine o televisión.
Los valores que puede ofrecernos el contraste permiten generar sensaciones visuales bien diferentes en relación a la narrativa audiovisual que recibe el espectador.
– Saturación (Saturation): una de las propiedades del color. Es la combinación de la intensidad luminosa y la distribución de las diferentes longitudes de onda en el espectro de colores. Supone hablar de la intensidad/pureza de un color. Es clave conocer los efectos a la hora de modificar valores de saturación de una imagen porque un color muy saturado tiene un color vivo e intenso, mientras que un color menos saturado parece más descolorido y gris.
– Tono (HUE): otra de las propiedades esenciales del color. Define el matiz, el aspecto cualitativamente diferente de la experiencia de color que tiene relación con diferencias de longitudes de onda o con mezclas de diferentes longitudes de onda. Distintas herramientas nos van a permitir modificar el tono de color de la imagen y, por tanto, modificar la imagen real captada.
– Luminosidad: también llama-da claridad. Es el tercero de los atributos del color. Cuanto más oscuro es el color, la luminosidad es más débil. Este término se asocia a veces con el concepto de valor, luminancia y/o brillo.
Junto con la saturación y el tono, este valor expresa en el significado del color en la estética y narrativa de la obra audiovisual, la psicología del color y las sensaciones y emociones que puede provocar en el espectador.
– Muestreo y submuestreo de color (Chroma Sampling): es una técnica de procesamiento de vídeo digital que afecta a la información de la luminancia y la crominancia. Cuanto mayor es el submuestreo del color, mayor número de bits por color y, por tanto, más información de la gama cromática para una mejor corrección y tratamiento del color. Su máximo valor actual es 4:4:4:4: que se corresponde con valores para Y:R:G:B),
– Profundidad de Color (Bit Depth): cantidad determinada de datos binarios (cantidad de bits de información) para representar un color. A mayor profundidad de color, mayor capacidad para conseguir colores realistas y mejor representación cromática. Ha-blamos de imágenes/vídeos a 8 bits, 16 bits o cifras más elevadas en el momento de cuantificar la digitalización de una señal de vídeo.
– Modelos de color: es un modelo matemático abstracto que permite representar los colores en forma numérica, utilizando típicamente tres o cuatro valores o componentes cromáticos. Es de referencia obligatoria conocer los modelos de RGB, HSL, HSV.
– Espacios de Color o Color Gamut: es una representación de un rango específico de colores establecidos dentro de un modelo de color. En 1931, la Comission Internationale de l´Éclairage (CIE), tras estudios y experimentos, delimito “el terreno de juego” del color con valores matemáticos y coordenadas, en lo que conocemos como triángulo colorimétrico o Diagrama CIE. Este diagrama representa el espectro de la visión humana y el punto D65 es centro de referencia del blanco. Así, cada nueva aportación/innovación por parte de los agentes del sector de la imagen (cine, televisión, fotografía, artes gráficas, diseño, Internet…) ha generado su propio espacio de color o gamut dentro del Diagrama CIE.
Esta variable es imprescindible tenerla en cuenta dado que un material de vídeo puede tener diferentes espacios de color según la normativa que esté cumpliendo. Por ejemplo, ITU-R B.T.709 en la implantación de entornos productivos UHDTV 1 FASE 1 o la gamut P3/XYZ aplicados en el sector del cine digital (DCI 4K/2K).
– Rango legal (señal legal o data video): nivel determinado por normas técnicas de radiotelevisión broadcast para delimitar el nivel máximo y mínimo de brillo permitido en este entorno profesional. Varía según la profundidad de color de la imagen.
Así, una codificación de 8 bits tiene un rango legal de 16-235 frente a una de 10 bits que es de 64-940.
– Rango extendido (señal extendida): nivel determinado por normas técnicas de cine digital para delimitar el nivel máximo y mínimo de brillo permitido en este entorno profesional. También, varía según la profundidad de color de la imagen.
En este caso, una codificación de 8 bits tiene un rango extendido de 0-255 frente a una de 10 bits que es de 0-1023.
– Curvas Gamma: nivel de respuesta de la imagen obtenida en cámara para una mejor adaptación de los tonos medios en la señal de vídeo. El auge del etalonaje surge cuando las curvas logarítmicas se ponen a disposición en el rodaje. Esto da lugar a una imagen poco contrastada, lavada, pero con un mayor rango dinámico y necesitada de una corrección a posteriori. Así los principales fabricantes de cámara de broadcast o cine digital generan sus propias curvas: C-Log, C-Log 2 y C-Log3 de CANON; Cine-like, V-log y PanaLog de PANASONIC; S-Log, S-Log2 y S-Log3 de SONY; RedLogFilm de RED ONE; Log C de ARRI o Modo Film de BLACKMAGIC entre otras.
– Metadatos: información que se dispone de un clip de vídeo proveniente de la cámara. Pueden ser estructurales y descriptivos. Los primeros son parte fundamental en todo el proceso de tratamiento visual de la imagen resultante, sobre todo cuando se trabaja con un formato de vídeo RAW.
– RAW (en bruto o en crudo): término anglosajón para denominar los datos del archivo digital que se genera en la imagen/vídeo tal y como ha sido captada por el sensor digital de la cámara de vídeo, cine y/o fotografía.
– Flujos de trabajo: este aspecto es ya por todos conocido, siempre que provengas del mundo de la edición y la postproducción de vídeo. Supone conocer todas las posibilidades que existen en el camino de una producción audiovisual para llegar a un master de emisión o exhibición. Es fundamental saber manejar protocolos de intercambio de archivos como son: EDL, XML, AAF.
– LUT,s (Look Up Table): es un archivo a modo de tabla con valores que modifican nuestros colores de entrada (material de cámara) para conseguir una salida (lo que vemos en pantalla) determinada, permitiendo así modificar los colores en un sesión de etalonaje. Hay dos tipos: LUT 1D y LUT 3D. La diferencia estriba en la exactitud en la transformación de color y la cantidad de colores que pueden describir entre una y otra.
Sin duda, hay más conceptos, términos, procesos y protocolos que un colorista que quiera presentarse en el sector audiovisual tiene que manejar. En este sentido, es imprescindible que conozca las herramientas de análisis de la imagen/vídeo, conocidas como scopes:
– Monitor de forma de onda (Waveform, WFM): permite mostrar los valores de la señal de vídeo que se corresponden con mediciones en voltios y/o IRE (o en porcentajes) del parámetro de la luminancia.
– Vectorscopio: herramienta de medida en gráfica circular de los valores de la información de la crominancia. Tanto en el ángulo del vector, siendo el tono (HUE); como en su longitud, relacionado con la saturación de cada longitud de onda de color que tenemos en la imagen.
– Parade RGB: presenta la información de la forma de onda de los canales RGB por separado y en paralelo para una mejor comparación de los niveles de cada canal.
– Histograma: es una herramienta que permite ver la distribución de la cantidad de información que tenemos en cada canal RGB en términos de zonas oscuras, medias y altas de luz. Es decir, un mapa de valores tonales de RGB en referencia a la medida de la exposición real realizada en la toma de la grabación/rodaje.
Estos scopes son fundamentales porque cada uno nos presenta los datos técnicos objetivos que tiene la señal de vídeo y, por tanto, son la mejor “radiografía” de los errores o aciertos que nos ofrece la imagen/vídeo. Estas herramientas se pueden encontrar en multitud de aplicaciones y programas dedicados a corrección, etalonaje, edición, postproducción, composición e integración visual.
Para terminar este artículo sobre la figura del colorista, vamos a intentar clasificar el modus operandi del colorista cuando aborda una rutina en su color room; la sala o instalación donde parece que la magia hace posible “casi todo” visualmente hablando:
1. Calibrar y poner a punto el equipamiento de la sala.
2. Analizar en un primer visionado el material de vídeo recibido.
3. Clasificar y ordenar el material en base a los ajustes a realizar.
– Ajustes globales: son aquellos que abordan los ajustes de la imagen en un sentido amplio, en su conjunto y permitiendo corregir parámetros técnicos concretos (ganancia, gama, saturación, temperatura de color, rango dinámico…). Se modifican con herramientas como ruedas de color; reguladores verticales (primaries / RGB mixer), reguladores horizontales, cuadros de edición o numéricos, curvas, 3 way color, niveles…
– Ajustes de rango: se aplican para “atacar” determinados rangos de color de las imágenes. Permiten acentuar, modificar o reducir el color de partes de una imagen. Qualifier es una de las herramientas usadas para esta tarea.
– Ajustes selectivos: estos ajustes permiten aislar partes de una imagen donde aplicar las correcciones. Las herramientas pertinentes son las máscaras, windows, herramientas de forma, key, canal alfa, shapes.
– Ajustes metadatos: tiene que ver con los datos estructurales y descriptivos que provienen de cámara RAW.
– Ajustes de seguimiento: nos permiten trabajar ajustes sobre la imagen en movimiento. Son los trackers.
– Ajustes de posicionamiento: hacen referencia a reencuadres, reescalados, rotaciones, etc. Herramientas como sizing, pan, zoom, tilt, rotate, transform…
– Ajustes por filtros y efectos: son los ajustes que vienen incorporados por el fabricante del software o algún desarrollador de plugin. Muy conocidos los PowerGrade de Da Vinci Resolve, pero en este apartado incluimos todos aquellos como sepia, vintage, B/N, posterize.
– Ajustes preestablecidos: aquellos cambios que se realizan con looks y LUT,s tanto genéricos (filmstock, looks camera patches, cine looks, style), como normalizados (encoding color, 709, sRGB, DCI/P3…) y personalizados (settings look). Y los procedimientos que permitan ajustes con la referencia de cartas de vídeo en la toma (Color Match).
– Ajustes especiales: soluciones de corrección para ámbitos muy específicos como las imágenes estereoscópicas, las correcciones de lentes y la implantación de las distintas variantes de HDR (en un futuro no muy lejano será imprescindible saber trabajar con imágenes en movimiento HDR).
– Ajuste de salida (deliver): conocer los ajustes de salida para orientar y finalizar nuestro trabajo. Formatos de salida: secuencia de fotogramas, AVI, Quicktime o MOV. Y archivos/codecs de salida: Kodak Cineon, SMPTE DPX, CinemaDNG, Cinepack, DV, Cineform, H261, H263, H264, JPEG 2000, PNG, TGA, AJA Kona, Apple Uncompressed, Black-magic, etc.
En todo este aprendizaje y profesionalidad de ser o de convertirse en colorista no podemos perder la referencia Academy Color Encoding System (ACES), creada por la Academy of Motion Picture Art and Sciences (Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood). ACES es una propuesta para la administración de color a lo largo de toda una producción cinematográfica o televisiva: desde la captura, hasta la edición, pasando por los VFX, el grading, la masterización, el archivo y las futuras remasterizaciones.
En el sector audiovisual podemos encontrar herramientas básicas para empezar a practicar como colorista en softwares especializadas en edición de vídeo (Final Cut de APPLE, Premiere CC de ADOBE, Media Composer de AVID o Vegas de SONY). También, y a un nivel más elevado, Lumetri Color de ADOBE o los plugins Magic Bullet Suite de RED GIANT.
Como soluciones avanzadas y muy especializadas están DaVinci Resolve de BLACKMAGIC, Assimilate Scratch, Rio de GRASS VALLEY, Mistika de SGO y Base Light de FILMLIGHT.
En 2021 se celebran los FilmLight Color Awards en su primera edición. Wolfgang Lempp, director ejecutivo de FilmLight, comenta: “creemos que, por todo tipo de razones históricas, los coloristas no siempre obtienen el reconocimiento que merecen. Como parte de nuestra responsabilidad y compromiso con la industria y con nuestros clientes, nuestro objetivo es corregirlo con estos premios”.
El programa presenta cuatro categorías: colorista en un largometraje estrenado en cines, colorista en una producción no estrenada en cines o en serie de televisión, colorista en publicidad o vídeos musicales y el premio al uso más innovador de la tecnología para lograr un resultado creativo.
Estos premios, como ejemplo, y el continuo reconocimiento que la industria audiovisual le está brindando al etalonaje son el resultado del equilibrio entre técnica y creación en manos del colorista.