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Cómo organizar una final de la Champions paso a paso

Control de un clásico en una de las Unidades Móviles de Mediapro

Óscar Lago, Director de Realización de Mediapro, nos cuenta en primera persona cómo dieron forma a la final de la UEFA Champions League que fue celebrada el pasado 1 de junio de 2019.

En septiembre de 2017, UEFA designa el estadio Metropolitano de Madrid como sede de la final de la UEFA Champions League, que tendrá lugar el 1 de junio de 2019. A falta de poco menos de 2 años para que se disputara el partido, la maquinaria se pone en funcionamiento. Aunque faltaba conocer la decisión de UEFA sobre a quién encargaría la producción del evento, en MEDIAPRO nos ponemos en marcha de manera automática. Para muchos de nosotros no sería la primera final de UEFA Champions League. Jefes técnicos, productores, técnicos de vídeo y sonido u operadores, ya fuimos responsables de la final de la máxima competición continental a nivel de clubes que se celebró en el Santiago Bernabéu en 2009, o en Lisboa en 2014.

Sin embargo, el hecho de que la del Metropolitano fuera nuestra segunda o tercera final no suponía en ningún momento que el proyecto se planteara con una mayor quietud, sino que la experiencia de haber pasado por un acontecimiento así hacía que la sensación de vértigo y responsabilidad fuera todavía mayor. Una vez termina el evento es cuando se toma plena conciencia de la trascendencia del mayor acontecimiento deportivo, celebrado en un solo día, que se produce cada año nivel mundial.

Tan sólo han pasado 10 años de la primera final en la que nos implicamos, en 2009, pero todo un mundo en lo referente a las transmisiones televisivas. Nuevo lenguaje, nuevas tecnologías, nuevas herramientas. Casi nada de lo que hicimos en el 2009 es válido hoy porque la evolución es trepidante, pero hay una cosa común, y es que en ambas ocasiones era el día para demostrar al mundo que, desde este rincón del planeta, estamos capacitados y tenemos el talento suficiente para afrontar el reto encargado por UEFA.

En enero de 2018 el reloj se pone en marcha y mantenemos la primera reunión con el equipo de UEFA responsable de la final. Hay una cosa que no ha cambiado en esta década, y es que UEFA mantiene siempre absoluto respeto y confianza en los responsables de la transmisión. Podríamos decir que su lema es ‘Máxima colaboración, mínima intervención’. Todo se basa en una relación de confianza mutua. Nos conocemos y trabajamos semanalmente en las jornadas de UEFA Champions League y de UEFA Europa League desde hace más de 10 temporadas. Nosotros sabemos la exigencia en cuanto a los procedimientos que requiere UEFA y ellos conocen nuestra manera de trabajar y lo que les podemos ofrecer.

El proceso previo de cada final de UEFA Champions League requiere un trabajo muy pormenorizado por parte de UEFA. En este momento quedan todavía 18 meses por delante, pero ya tenemos el calendario de todas las visitas y reuniones que se celebrarán en el estadio Metropo-litano, cinco en total entre enero de 2018 y marzo de 2019. Las reuniones son una auténtica representación de la labor y control de todos los detalles que requiere UEFA. Por una parte estamos el equipo de MEDIAPRO que se encargará de la producción de televisión con el de UEFA, pero en las salas anexas se producen multitud de reuniones paralelas sobre otros muchos aspectos de la final: seguridad, márqueting, energía, prensa, etc. Las caras denotan una mezcla de ilusión y de responsabilidad. Visto a posteriori, el acontecimiento deportivo solamente tiene una duración de dos horas, cinco si tenemos en cuenta los prolegómenos, de modo que si algo falla, no hay tiempo de reacción. Todo tiene que estar previsto, incluso las incidencias y los planes para resolverlas.

Óscar Lago, responsable de realización del Grupo Mediapro

Los planteamientos televisivos de las finales de UEFA Champions League de los últimos cuatro años han sido bastante homogéneos. UEFA indica unos mínimos que hay que cumplir, pero a partir de ahí hay libertad para proponer posiciones y tipos de cámara con las que nos sintamos cómodos. Además, la del Metropolitano es, técnicamente, la segunda final en la que la producción en 4K y en HD se realiza con las mismas cámaras.

El plan de cámaras es conocido por tod@s: 8 Super Slow, 6 Ultra Slow, 2 travellings, 2 pole cams, una cámara aérea, la del helicóptero, 2 cámaras beautys en el exterior sobre grúas, 7 cámaras para ver las llegadas de los equipos incluidas 2 steadys sobre quads para cubrir la llegada de los autobuses desde el exterior hasta el túnel interno del estadio y 5 cámaras para la salida del túnel de vestuarios de los jugadores.

No obstante, este año quisimos arriesgar e introducir algunos cambios que mejoraran el planteamiento. El cambio más personal fue sustituir la cámara central en el terreno de juego por dos cámaras situadas a 20 metros de ambos banderines de cortos. Es algo habitual en las producciones de fútbol en España en los últimos años, pero que prácticamente no se usa en el resto de Europa. En MEDIAPRO creemos que esta modificación aporta una clara mejora en las imágenes de los jugadores protagonistas al finalizar la acción. Por un lado, siempre contamos con dos opciones, ya que las dos cámaras mantienen un primer plano del jugador que ha protagonizado la acción cuando ésta ha acabado y permite escoger el mejor ángulo en función de hacia dónde dirige la mirada el jugador y en función de los posibles jugadores que obstaculizan la visión pues se encuentran entre la cámara y el protagonista. Por otro lado, al estar alejadas de la zona técnica, se evitan las continuas obstrucciones visuales que producen los dos entrenadores y el árbitro asistente en las cercanías de la cámara central. Ésta es la razón que lleva a la mayoría de realizadores de otros países a descartar este primer plano desde una cámara baja, con aficionados desenfocados de fondo – un plano con gran valor estético y narrativo –  y , en cambio, les obliga a usar una cámara alta cuyo fondo de encuadre es el verde del terreno de juego. Este plano tiene mucho menos valor estético y narrativo ya que, por una parte, lo descontextualiza del entorno, y por otra, al ser un plano picado, es mucho más difícil apreciar la expresión del jugador.

Control de un clásico en una de las Unidades Móviles de Mediapro

Para la producción de televisión de la gran final tenemos 42 cámaras. Pueden parecer muchas, pero lo más importante no es la cantidad, sino saber utilizarlas. Puede parecer algo trivial, pero ¿qué significa esto? La clave de la realización es saber dar a cada una de las cámaras un papel específico en función de cada acción y, después, tenerlo dentro de la cabeza para, en décimas de segundo, saber que aquella acción concreta se verá mucho mejor en una u otra cámara sin necesidad de mirar o repasar la imagen. Todo pasa muy rápido y no hay tiempo para las dudas.

Nuestro equipo de realización para esta final partía con una gran ventaja, y es que desde hace tres años el modelo de producción televisiva de LaLiga es muy alto: 23 cámaras en dos partidos cada semana, unas 30 en los Clásicos. Esto nos sitúa en un entorno muy confortable a la hora de afrontar un partido con 42 cámaras… que finalmente fueron ¡43! Hemos mantenido muchas reuniones y una escrupulosa previsión pero, a falta de 10 días para el partido y con el montaje ya en marcha, decidimos incorporar una cámara que nos diese la imagen del entrenador de cada equipo con su afición de fondo, de manera que, en caso de gol, se pudiese ver, en el mismo plano abierto, la celebración de los aficionados y la del entrenador. Un cambio que UEFA aceptó de buen grado, porque como nosotros, consideró que mejoraría sustancialmente la realización del encuentro.

Una mención aparte merece la producción y realización de la ceremonia inaugural. Convertida desde hace unos 4 años en un concierto de unos siete minutos, requiere una exigencia técnica y una realización elevadísima que Daniel Lozano y su equipo consiguieron de manera brillante.

Ha sido un trabajo arduo pero enormemente satisfactorio para todo el equipo de MEDIAPRO. Eso sí, del nivel futbolístico del partido mejor no hablar… Una lástima, aunque seguro que los aficionados del Liverpool no marcharon de Madrid muy preocupados por ello…

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