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Todo lo que necesitas saber sobre drones

Drones

Uno de los elementos que más han llamado la atención en nuestro mercado han sido sin duda los drones, unos elementos que tienen mucha cabida en la industria audiovisual.

 

Los drones son realmente útiles y tienen una gran cantidad de usos audiovisuales, no solo para cine o televisión. Turismo, inmobiliaria son algunos de los sectores donde pueden generar contenidos que apoyen las ventas. Esto es así porque las tomas aéreas incorporan una información diferente a los planos sacados a nivel de suelo, por ejemplo, a la hora de presentar un hotel.

 

También se utilizan en operaciones donde se necesita tener datos sobre el terreno en áreas donde un helicóptero es muy costoso o simplemente no puede operar. Todo esto gracias a  su gran versatilidad, y es que a pesar de que tiene sus particularidades es una herramienta perfecta.

 

¿Y qué pasa con el mundo de la producción audiovisual?

 

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Los drones se utilizan en nuestra industria y la tendencia es claramente alcista, actualmente tienen mucho uso en producción de publicidad, que es un escenario en el que resultan particularmente útiles. Los anuncios no son producciones de mucha duración, se suele trabajar con entornos muy controlados donde utilizar un dron para una toma aérea que no va a durar más de 10 segundos, supone un gran ahorro. Se pueden rodar planos espectaculares, similares a los que se pueden conseguir con un helicóptero, con un trabajo bien planificado y hecho por un equipo profesional. La reducción de coste en este caso es de 5 a 1 como poco. El uso y los resultados van a depender muchas veces de la creatividad de quien encarga el trabajo, del Realizador y el Director de Fotografía. Con un buen trabajo se pueden conseguir movimientos y planos espectaculares como se pueden ver en muchos anuncios de grandes compañías.

 

En el caso de la producción para televisión en directo, el uso de los drones crece exponencialmente por la gran aportación que hace un plano aéreo. En el caso del cine, o las producciones estilo cine que se hacen en televisión, depende más de lo que se quiera contar porque la exigencia técnica es mucho mayor a todos los niveles. En ese escenario las cámaras son mucho más pesadas, lo que afecta directamente al tamaño de los drones. Esa es una circunstancia que puede condicionar toda la operativa y lo que se quiere rodar. En ese sentido, actualmente hay sistemas de dron que pueden trabajar con cámaras de cine digital como la Red Epic o la Arri Alexa, mucho mejor con la Alexa Mini y la Red Raven, que son más aptas para estos trabajos, pueden utilizarse junto a ópticas Prime y sistemas de follow-focus. En la actualidad se puede trabajar con cámaras de entre 5 y 7 kilos de peso sin mucho problema.

 

Estabilización y vibraciones

Hay tres partes implicadas que son fundamentales: el dron, la cámara y el sistema giroestabilizado. A esto se le está prestando cada vez más atención. Un buen soporte para la cámara es fundamental, de hecho solo los sistemas muy buenos y especializados son capaces de dar la estabilidad necesaria y conseguir que los planos sean orgánicos y tengan el movimiento adecuado, lo que diferencia mucho la calidad del trabajo.

 

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Al margen de esto, hay otra parte a la que no todo el mundo presta la atención adecuada: las micro-vibraciones. Estas provocan defectos en la imagen que no son apreciables en los monitores cuando se hace la producción, aparecen al llevar los materiales en bruto a la sala de edición y requieren de una solución en post-producción, porque realmente afecta  a la calidad de la imagen. Y esa es realmente la parte más difícil a la hora de trabajar con drones, la de aislar completamente de vibraciones el sistema de la cámara. Esta operación no es sencilla, de hecho se puede tener un dron volando a metro y medio del suelo, tocar la cámara y el soporte y no notar absolutamente nada, y sin embargo que las vibraciones estén ahí. Hablamos de vibraciones de muy alta frecuencia que producen un efecto adverso en la imagen. Ahí se concentra la mayor parte del trabajo en la última fase de preparación del dron, cuando se va a montar el equipo para rodar. Estas vibraciones están muy relacionadas con el peso y la distribución del mismo, tanto por parte de la cámara como la óptica, incluso las baterías. Con planificación todo se ajusta sin problema, lo que es crítico son las variaciones no planificadas, cuando se decide por ejemplo cambiar una óptica por otra que pesa 200 gramos más o menos, o que tiene otro reparto de pesos. Volver a equilibrar el sistema es fácil y rápido pero filtrar las vibraciones, no tanto. La masa que hay debajo del dron influye mucho en el sistema de filtrado de frecuencias.

 

Ajuste y know-how

Con esto ocurre como en la dirección de fotografía, todo funciona prácticamente con prueba y error. De esa manera, el operador del dron ya sabe con qué configuraciones trabajar según los pesos para que el sistema anti vibraciones funcione correctamente. A veces hay que utilizar configuraciones determinadas para entornos determinados, lo que depende también del tipo de movimientos y las condiciones meteorológicas. Y esto va dentro de la propia experiencia del operador, como ocurre en el caso del Director de Fotografía, que ya sabe de antemano cuál es el resultado de poner un determinado foco con un filtro antes de verlo en la cámara. Aquí ocurre lo mismo, los verdaderos expertos conocen como enfrentarse a cada situación. Por eso recomendamos encarecidamente trabajar con buenos profesionales en la materia, ellos saben qué pequeños ajustes hay que hacer en cada situación para que todo funcione a la perfección.

 

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Ahora mismo hay en el mercado equipos que pueden levantar el peso suficiente para utilizar cámaras adecuadas a cada trabajo, con buenos soportes giroestabilizados. Es por ello que el esfuerzo se centra en los sistemas anti vibración, para que las imágenes sean lo más válidas posibles desde el origen. Esto es fundamental no solo por la calidad de las imágenes, lo es para que no se pierda tiempo en post-producción mejorando el material por software. Además siempre se va a perder resolución a la hora de re-encuadrar y solucionar esos problemas. Eliminar las vibraciones en postproducción va a generar un empeoramiento de la resolución y la calidad de la imagen. Es fundamental que la imagen en bruto sea lo mejor posible, que no tenga una pérdida de calidad por el uso del dron.

 

Aunque ahora hay sistemas que dejan todo esto bien resuelto, es cierto que no hay una solución universal que ofrezca una respuesta a todos los casos, al menos a día de hoy. Hay mucho esfuerzo en I+D en ese sentido, pero los expertos siguen en una fase de aprendizaje con un escenario muy cambiante. Se puede dar la paradoja de estar trabajando o probando para solucionar un problema y que aparezca un desarrollo nuevo que lo elimine o lo cambie, y no relativo al dron, una nueva cámara o una actualización que varíe los centros de gravedad o la morfología, unas nuevas baterías, realmente todo influye.

 

Resoluciones: ¿4K es mejor?

El 4K se está convirtiendo en algo estándar incluso a nivel doméstico, sobre todo en la parte de captación de imagen. Un alto porcentaje de las cámaras que se compran para trabajar en televisión graban en 4K, aunque luego el producto final listo para emisión sea HD. De hecho, 4K se ha convertido en un estándar de grabación incluso para aficionados. En el caso del cine pasa algo similar, se produce en 5K y 6K, y luego se re-encuadra en post-producción a la resolución final.

 

En el caso de los drones hay que tener esto muy en cuenta, porque a mayor resolución más cuidado hay que tener, aunque las imágenes son mucho más espectaculares. Un pequeño problema al grabar en HD se multiplica en 4K con modo progresivo, un pequeño error de dos pixels en la imagen se nota, porque la imagen es muy grande y todavía se trabaja en 25 – 30 Fps. Estos errores, se minimizan al trabajar con una alta tasa de frames, con 50 o 60 Fps todo mejoraría mucho. Hay que tener muy en cuenta con qué resolución se quiere trabajar.

 

No todo vale

Como siempre que aparece una nueva tecnología nueva de repente parece que sirve para todo y aparecen infinidad de empresas que ofrecen esos servicios, pero finalmente, ni sirve para todo ni todas las propuestas son coherentes. Es fundamental contar con empresas y profesionales que tengan el conocimiento suficiente y adecuado, lo mismo ocurre con el material. En cualquier feria de broadcast es muy fácil encontrar drones por todos lados, no solo aquellos que pueden estar destinados a un uso profesional, también encontramos gran cantidad de máquinas para aficionados, incluso de juguete en algún caso. Mientras que en el cine todo se planifica con mucho cuidado, es verdad que en la televisión (sobre todo en directo) se justifican muchas cosas como puede ser el ofrecer un plano desde el aire. Todos hemos visto muchas imágenes en directo o incluso en publicidad con grandes defectos. Esto tenía justificación cuando los drones entraban en nuestro mercado hace unos años, pero ahora es inaceptable. Por eso es muy importante contar con una buena empresa y un buen producto.

 

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La tendencia clara es la de ofrecer una solución completa. En ese sentido ya hay en el mercado algún fabricante que ofrece drones integrados con cámaras específicos para el audiovisual, con sensores que están a la altura de cualquier producción. En no demasiado tiempo, estos sistemas evolucionaran para ofrecer la mejor imagen posible en un formato que funcione al sacarlo de la caja, produciendo en RAW 4K a 1 Gbps con un equipo que rivaliza con las cámaras de cine más habituales. Esa es la línea que ha adoptado, por ejemplo, DJI, que tiene acuerdos con Sony para usar sus sensores y ha comprado recientemente acciones de Hasselblad para desarrollar cámaras en sus drones. También forman parte del consorcio Micro 4/3, de manera que se pueden integrar sistemas Leica y Panasonic en sus equipos con mucha facilidad, con lentes intercambiables giroestabilizadas automáticamente porque el dron lee los parámetros de la óptica. En el futuro veremos sistemas muy integrados, desarrollados a medida por fabricantes de drones en colaboración con marcas tradicionales de cine.

 

Por encima de esto hay un nivel de experimentación e investigación en donde se están probando cosas muy novedosas, donde se trata de poner nuevas cosas en el aire como pueden ser sistemas multicámara, sistemas de seguimiento automático, sistemas de control cinético para conseguir movimientos muy orgánicos y no robotizados. Se está investigando mucho y se está llegando a un punto de madurez muy interesante, lo que sumado a la  experiencia de uso y que son más baratos que un helicóptero, los hace muy apetecibles para prácticamente cualquier tipo de producción.

 

Qué tener en cuenta a la hora de producir

Hay ciertas cosas que hay que tener en cuenta a la hora de trabajar con drones. Como explicamos en un punto anterior, no valen para todo aunque bien usados generan planos espectaculares a un coste muy abordable. Dado el gran abanico de drones que hay en el mercado es clave trabajar con la herramienta más adecuada, y es fundamental que el operador entienda qué es lo que se quiere conseguir. Por ello debe de haber una conexión total entre el equipo del dron y la dirección de fotografía, con un trabajo de pre-producción adecuado que planifique la toma correctamente.

 

Muchos de los problemas habituales ocurren al no saber con qué equipo se va a trabajar en la producción, la cámara exacta y la óptica exacta, algo que como hemos visto es fundamental a la hora de calibrar el dron. Por esto, hay que tener claro que el mayor problema es una mala coordinación, y que fruto de ella el operador disponga de poco tiempo para calibrar el equipo a la perfección. Es fundamental saber con qué equipo se va a rodar la toma lo antes posible para que todo esté perfectamente ajustado.

 

Existen varias limitaciones físicas también. Hay movimientos que no se pueden hacer por aerodinámica, por técnica o incluso razones legales dependiendo de la legislación de cada país. En general, es fundamental no improvisar con este tipo de máquinas para que todo salga a la perfección.

 

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Por norma los equipos son versátiles y sus velocidades rondan los 40-50 km hora en las que pueden trabajar sin problemas. Hay que tener en cuenta que no se pueden hacer toneles, loopings y ese tipo de maniobras, sobre todo con una cámara colgando, en ese sentido las limitaciones son bastante claras. También hay que hacer un canto a la lógica, un dron que mide 110 centímetros no puede pasar por una puerta de 111 centímetros, hay que saber qué es lo que se va a pedir y como hemos dicho antes, coordinarse con el operador. Si se opta por trabajar con coordenadas GPS hay que asegurarse de que en ese lugar concreto hay cobertura, y tener cuidado a la hora de hacerlo en un interior o una carpa donde se puede perder esa señal.

 

En cuestión de meteorología, el viento y la lluvia son factores a tener muy en cuenta, pero este tipo de cuestiones suelen afectar más a la cámara, que es menos resistente en ese sentido que el dron. Se puede trabajar con lluvia con cierta normalidad, son equipos resistentes d exterior con motores que no tienen escobillas y pueden funcionar bajo la lluvia. La limitación suele venir más por la cámara y la óptica.

 

Lo que sí hay que tener en cuenta son las tormentas solares, algo que ocurre en toda la aeronáutica y sobre lo que hay un gran control. La actividad solar puede influir en los diferentes sistemas de orientación, lecturas GPS y sensores que llevan los equipos, y eso puede generar problemas graves. De hecho es algo que se suele incluir en los contratos, donde se especifica en qué circunstancias vuela el dron y en cuales no puede hacerlo. Esto es algo que muchos profesionales de nuestro sector desconocen.

 

Evolución y tendencias

Está claro que los drones en la industria de la producción de contenidos van a ser una herramienta más que usan las empresas de producción, y se va a integrar mucho más en el equipo que se tiene habitualmente de manera que será más esporádica su contratación externa. Sus características hacen que no solo sean útiles para rodar, también pueden tener una función a la hora de hacer localizaciones, por ejemplo, realmente es una herramienta muy completa. El abanico de modelos es muy amplio, desde drones que pueden guardarse en una mochila para usarlos en un momento determinado, hasta otros que pueden trabajar con una cámara de cine o su propia cámara integrada, ofreciendo imágenes de alta calidad. Estas máquinas evolucionan cada vez más y está claro que van a simplificar su uso mucho en los próximos años, quedando la seguridad en sistemas automáticos en vez de en las manos de los pilotos.

 

Para la producción audiovisual hay herramientas que permiten que el piloto haga una simulación del vuelo y los diferentes movimientos queden memorizados, repitiéndolos el dron de manera automática después con una gran precisión y suavizándolos al máximo. De manera que tan solo haya que estar manejando los movimientos de la cámara.

 

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Algo importante es el sistema de transmisión para controlar lo que se está haciendo, tiene que ser muy avanzado y no tener ningún tipo de latencia. Esto es así porque el manejo del dron y la cámara debe ser instantáneo, si se está haciendo un seguimiento a un coche y hay medio segundo de latencia el resultado no va a ser el buscado.

 

Otro dato a tener en cuenta, sobre todo con la tecnología actual de baterías, es que se puede primar la autonomía o la estabilidad, pero no las dos cosas a la vez. La estabilidad se gana con hélices pequeñas y motores a muchas revoluciones, lo que dispara el consumo de energía. La autonomía por su parte se consigue al revés, con hélices grandes y menos revoluciones, lo que aumenta las inercias y disminuye el consumo. Los mejores equipos, optimizados para trabajos audiovisuales primando la estabilidad, gozan de un tiempo de vuelo que está entre los 8 y los 15 minutos. Por eso es fundamental llevar varios juegos de baterías, incluso para toda la jornada. El tiempo de carga total está entre los 45 minutos y la hora.

 

Normativa actual en España

Para utilizar drones como herramienta de trabajo en España, existen varias restricciones y puntos a tener en cuenta. La actual normativa está pendiente de ser actualizada. El organismo del estado que se encarga de la regulación la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).

 

Requisitos antes de trabajar con un dron

–              Estar registrado en AESA

–              Contar con un seguro de responsabilidad específico para aeronaves.

–              Ser piloto de drones, tener los conocimientos teóricos y prácticos de la nave a pilotar.

–              Certificado médico en vigor.

 

Requisitos comunes para volar un dron

–              Altura máxima de 120 metros (400 pies).

–              De día y en condiciones meteorológicas favorables.

–              Fuera de aglomeraciones de edificios, zonas urbanas habitadas o reuniones de personas al aire libre.

–              Siempre en espacio aéreo no controlado.

–              A 8 kilómetros de cualquier aeropuerto, aeródromo o helipuerto.

 

Vuelos dentro del alcance visual (VLOS)

–              El dron siempre tiene que estar dentro del alcance visual del piloto, sin ningún obstáculo en la visión directa.

–              La distancia máxima entre el piloto y el dron debe ser de 500 metros.

 

Vuelos fuera del alcance visual (BVLOS)

–              Dron inferior a 2 Kg.

–              A una distancia máxima de 15 Km de un aeropuerto o similar si la instalación cuenta con procedimientos de vuelo instrumental.

–              Contar con medios para conocer la posición del dron en todo momento.

–              Volar dentro del alcance de la emisión de radio.

–              Emisión de un NOTAM (Notice to Airmen) previo por parte del proveedor de servicios de información aeronáutica. Los NOTAM son creados para alertar e informar a los pilotos aviadores de cualquier tipo de peligro en una ruta de vuelo o bien en algún lugar en especial.

 

Dónde no se puede trabajar con un dron

–              No se puede operar en zonas urbanas.

–              No se puede volar sobre aglomeraciones de personas.

–              No se puede volar de noche.

–              No se puede operar en espacio aéreo controlado.

–              No se puede volar cerca de aeropuertos, aeródromos, etc.

–              No se puede poner en peligro a terceros.

 

Estas son las normas mínimas a conocer, para más información es imprescindible contactar con AESA (www.seguridadaerea.gob.es). Hay que tener en cuenta que las sanciones pueden llegar hasta los 4,5 millones de euros dependiendo de la gravedad de los hechos.

 

Existen dos categorías de drones, los que pesan menos de 25 Kg y los que pesan más. En ambos casos es necesario disponer una licencia de piloto en vigor con certificado básico (VLOS) o avanzado (BVLOS) emitido por una organización reconocida por AESA.

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