Infinia al 100%
Fue una noticia que corrió como la pólvora a finales de 2012, Infinia solicitaba Concurso de acreedores. Ahora que han salido del mismo, nos hemos acercado a su sede para que nos cuenten de primera mano la experiencia.
Entrevista con Jose Manuel Deus
Acabáis de salir de un concurso de acreedores que ha sido muy comentado en nuestro sector, ¿Qué nos podéis contar de esa experiencia?.
Nos dimos concurso en octubre de 2012 y hemos salido en noviembre de 2013. Decidimos hacerlo con el objetivo de refinanciar la deuda que la empresa tenía con entidades financieras fundamentalmente. La situación era compleja y, viendo la perspectiva del sector, decidimos ser de los primeros en darnos concurso con ánimo de continuidad, que no de liquidación. Creo que la decisión ha sido la correcta porque ha ido todo muy rápido y no ha sido necesaria una reestructuración de los recursos humanos de la compañía. Se ha mantenido prácticamente la misma plantilla aunque sí hemos ajustado, de manera temporal, los salarios. Hemos reducido y ordenado la deuda y no hemos involucrado de manera importante a proveedores del sector. Lo hicimos de esa forma porque considerábamos que al ser de los primeros en darnos concurso íbamos a ser de los primeros en salir y eso era importante cara al momento en el que nos encontrábamos, parece que el mercado comienza a repuntar y es muy positivo que estemos fuera del concurso. Ha sido un año complejo pero lo hemos conseguido y he de decir que la experiencia ha sido buena. La nueva ley concursal española está muy bien construida para permitir la viabilidad y continuidad de las compañías. Hemos contado con todo el apoyo y la confianza tanto del Juez como del Administrador Concursal y hemos conseguido redimensionar la compañía a un tamaño adecuado para el momento de mercado con cifras razonables, con una deuda estructurada a largo plazo y buenas perspectivas de futuro.
Una decisión difícil por los clientes…
Si, fue una decisión muy compleja. Sobre todo por el miedo a las reacciones de los clientes. Hay un cierto recelo al tema del concurso en el ámbito empresarial español porque trae una fama heredada de la ley concursal antigua, eso genera una incertidumbre real que tienes que salvar. Por eso antes de que se hiciera público hicimos mucho trabajo con los clientes, para que entendiesen la situación y el proceso, sobre todo con los que estaban operativos en ese momento. Es cierto que genera recelo en el mercado y todo el mundo lo comenta, es algo que se extiende como la pólvora, pero si lo explicas bien y la administración judicial te apoya, como fue nuestro caso, al final todo sigue su curso. Los clientes entendieron desde el primer momento lo que iba a ocurrir, que era un concurso de continuidad y que la compañía no peligraba. Lo más importante de todo el proceso es que nos dieron su apoyo con lo que hemos seguido trabajando sin problema. Sí es cierto que genera problemas cara a trabajar con organismos públicos pero no tuvimos más problema que ese. Ahora que hemos salido puedo decir que la experiencia ha sido absolutamente positiva y creemos que la ley concursal, bien administrada y bien gestionada, es algo muy interesante. Hemos tenido suerte de que el proceso fluyera en plazos muy razonables. Gran parte del éxito depende mucho de la propuesta que hagas a la masa acreedora, en nuestro caso hemos logrado el apoyo del 75% de la masa concursal, algo muy importante. Lo que hemos aprendido es que esta ley sirve para salvar empresas y crear tejido industrial, no te lleva a un callejón sin salida.
¿Cómo es el presente y el futuro de Infinia?.
Pues ni más ni menos que el mismo que cualquier otra empresa del sector. Cierto es que partimos de la ventaja de haber sufrido un proceso que nos ha permitido estructurarnos, ordenarnos y sanearnos, pero eso no significa que no suframos el mercado actual igual que los demás y que tengamos que luchar por conseguir clientes día a día. El proceso que hemos sufrido con la refinanciación de la deuda permite que el pasado no pese sobre nosotros y que la empresa sea viable para los próximos años. Otra cosa es que el mercado siga cuesta abajo. Eso no sería una buena noticia, pero nuestra percepción no es esa. La inversión publicitaria ha tocado fondo y pensamos que poco a poco va a ir repuntando. El problema es que estamos en el sector servicios y eso está al final de la cadena. La crisis tardó más en llegar a nosotros: primero fueron las cadenas, luego las productoras de contenidos, etc, y al final llegó a las empresas de servicios. Por esto es probable que la recuperación nos llegue también más tarde. Esto es independiente de que el mercado empiece a repuntar en breve. Pensamos que a mediados de 2014 va a crecer de manera importante pero también que la estabilidad del sector servicios no va a llegar hasta bien entrado 2015. Pero como he dicho, contamos con ello y estamos preparados. Somos una empresa de tamaño medio que estamos muy bien posicionados en ficción, con el hándicap de que la ficción en España está ahora parada. De hecho es uno de los sectores dentro de la producción que más parado está y no es una situación natural. Se ha demostrado que la ficción nacional es buena y funciona en sus diferentes formas, desde comedia hasta drama, pero sigue siendo un producto caro respecto a la parrilla diaria y las cadenas, debido a los recortes publicitarios, han ralentizado mucho la contratación de nueva producción. Hay grandes producciones que han funcionado muy bien, con muy buenas cuotas de audiencia. Lo que pasa es que la producción de ficción es cara a pesar de que los estándares nacionales han caído desde el punto de vista de costes. Comparados con otros países somos muy competitivos. Por eso hemos tenido alguna producción extranjera, hemos tenido una muy buena experiencia con una serie, The Avatars, para la productora Portocabo (grupo Boomerang). Una producción integramente grabada en inglés con actores americanos y se ha grabado aquí en nuestro Estudio 1. Hemos sido competitivos frente otros países de Europa.
El problema es de situación de mercado no de calidad. Algunas producciones como “El tiempo entre costuras” llevaban dos años metidas en bodega. No es un problema de calidad si no de que la crisis no le permitía a las cadenas emitir ese tipo de producto por el coste que tenía. Esperamos que si se recupera la inversión publicitaria se vuelva a apostar por ese tipo de contenidos. Hemos pasado de temporadas en las que se hacían 12 ó 15 ficciones nacionales al año pasado donde se produjeron unas 5, no hubo mucho más. Nos encontrábamos con un sector que, desde el punto de vista de contenidos y servicios, estaba dimensionado para dar respuesta a una cantidad de producción enorme. Somos demasiados para la poca demanda que hay en el mercado actual. Así que hay que reconvertirse a base de redimensionarse y encontrar sinergias y nuevos productos. Porque el mercado audiovisual se ha venido abajo y tardará en recuperar el nivel que había hace 5 ó 6 años. Infinia, ha realizado ese proceso necesario de ajuste a través del procedimiento concursal.
Desde vuestro punto de vista, ¿pueden ayudar las nuevas formas de consumo al mercado?.
Creemos que es el futuro. La segmentación y las nuevas ventanas tienen mucha cabida. El problema es que el streaming es difícil ponerlo en marcha con la precariedad económica que hay ahora mismo. Creemos, de cara a un futuro no muy lejano, que tecnología y contenidos convergerán. Las nuevas ventanas y los nuevos consumos, que cada uno elabore su parrilla a la carta, es el futuro inmediato pero el crecimiento será lento. El consumo en VOD y streaming es tendencia pero en España tendrá un despegar más lento acompasado por la crisis estructural del país, pero obviamente apostamos por ello y entra en nuestros planes como uno de los factores de crecimiento.