Sony F3
Sony acaba de presentar su primera cámara de video con sensor 35 mm a un precio, como indica la publicidad, “abordable”. Esta expresión es en sí misma confusa pero lo cierto es que lo que ofrece era impensable hace solo tres años. A primera vista es una EX1R con sensor de súper 35. En el otro lado de la balanza están las DSLR que graban video y que sin duda han dado un gran impulso a nuestra profesión. Estamos hablando de una cámara de unos 14.000 euros sin lentes. En el momento que apareció la RED ONE, su precio era de unos 18.000 (igualmente solo cuerpo), y muchos vieron en ella una revolución. Siempre habrá novedades y siempre habrá quien vea revoluciones en cada cambio tecnológico. Lo que sí es cierto es que cada vez es más asequible alcanzar la estética del 35 a la que estamos acostumbrados.
Haré una breve introducción. Básicamente hay dos cosas que nos atrapan cuando vemos “cine”: una, las proporciones de las lentes y su profundidad de campo reducida respecto al video, y dos, la mayor relación de contraste y como tal, la mayor riqueza a la hora de encuadrar al encontrar más información que registrar. Esta cámara está al 100 % en el primer aspecto, lo que vemos es lo que veríamos en una cámara de cine, de hecho tanto el tamaño del sensor como las lentes que puede usar son iguales, y en lo segundo mejora claramente respecto a cualquier cosa que registre imágenes de video en este rango de precios. A la espera de lo que hagan los fabricantes de réflex en su segunda vuelta de tuerca (la revisión de la Canon 5d mark2 y otras en su misma línea), el mercado actualmente se divide en cámaras que graban con la estética tradicional del video y las que ahora lo hacen con la estética del 35. Las primeras tienen sin duda su espacio allí donde lo relevante sea registrar lo que ocurre de la manera más fácil posible, ya que lo complicado es poder grabar, y de poder hacerlo, qué grabar. Es el caso de noticias o documentales ficcionados con poco o nulo margen de control de lo que está delante de la cámara. En este supuesto, la limitada profundidad de campo de las “cámaras 35” se convierte en un problema, y lo deseable es disponer de un angular en torno a 30 mm y zoom entre 16X y 20X, acceso instantáneo a las funciones habituales y largos periodos de grabación, todo ello con el mejor rendimiento posible en condiciones de baja luz o alto contraste. Las segundas, las “35”, son el deseo de muchos actualmente. Sin duda el resultado de apariencia cinematográfica nos atrapa, pero es fundamental entender que hasta la fecha las lentes no tienen la versatilidad de los zoom propios de las cámaras ENG y que la limitada profundidad de campo requiere ser verdaderamente ágil con el foco. Dado que la tendencia es esta, es probable que dentro de poco veamos a los operadores de cámara con un gran control sobre el foco como ya lo hacían hace 30 años cuando captaban las noticias en película de 16 mm. He hecho esta introducción porque creo conveniente entender que el estilo de trabajo con estas cámaras es más pausado (de momento) y no será una alternativa adecuada para quien trabaje regularmente en el entorno ENG. Dicho esto, veamos qué nos ofrece Sony en su PMW-F3.
La pregunta más frecuente que recibo es qué aporta esta cámara respecto a lo que aportan las réflex, especialmente las Canon 5D y 7D. Quiero insistir en que comparar estas dos cámaras no tiene sentido dada la diferencia de precio entre ellas (unos 2.000 el cuerpo de la réflex y unos 14.000 euros el de la F3). Aclarado esto, en primer lugar el efecto que conocemos como Rolling Shutter es mucho menos acusado. Las panorámicas lentas no tienen ese efecto de arrastre tan molesto. Igualmente ocurre con el moire: es mucho menos evidente. La sensibilidad, algo que nos es imposible saber con certeza ya que los datos que publican los fabricantes siempre están sesgados, es sensacional; a 18 db de ganancia y un f 2 con la lente básica del kit (tres lentes que incluye uno de los modelos de la F3, el otro es solo el cuerpo), es visiblemente superior a la Canon 5D a ISO 6.400 y f 1,4. La imagen que así obtenemos aún tiene un claro margen de etalonaje y recuperación de información, una nitidez rotunda y el ruido por primera vez se asemeja de verdad al grano cinematográfico. Puedes ver una comparativa aquí: http://www.vimeo.com/user810486/videos.
Finalmente, la relación de contaste es muy superior. Al grabar en un interior con referencia del exterior (una ventana por ejemplo), aún podemos ver detalle en el exterior. No es el rango del celuloide pero sí hay un avance real respecto al video y las réflex. Igualmente, me gustaría hacer una comparativa entre la Sony F3 y la Arri Alexa. Creo que así podremos tener una posición objetiva de lo que la tecnología ofrece, a qué precio, y lo más importante, lo que piensan los que realmente pagan por ver el resultado de un proyecto audiovisual: espectadores y clientes.
Como ya comenté en otros artículos, el resultado final de lo que grabamos depende de la calidad óptica, el sensor y cómo procesa la señal y, finalmente, el codec en que archivamos los clips. No voy a aportar datos sobre esta cámara ya publicados y que todos podéis encontrar fácilmente en internet. Afortunadamente, la línea editorial de esta publicación nos invita a ser objetivos y libres en nuestras opiniones, así pues contaré las conclusiones que he sacado en las horas que he probado la Sony F3 junto a mi amigo y operador de cámara Luis Ángel Ris, y puntualizo que lo que cuento es simplemente mi opinión, que tiene únicamente el valor de un usuario más.
Trabajé con dos tipos de lentes. Las que Sony incluye en uno de sus kits, (35, 50 y 85 en súper 35), y un kit Uniqoptics que nos prestó CEPROMA, que además incluye un 18 y un 25. La calidad de las lentes del kit de Sony (del que seguimos sin saber quién es el fabricante) es en mi opinión realmente válida para el precio que tiene. El otro kit sin duda presentaba una mayor definición y suavidad de manejo. En el momento tecnológico que estamos, las valoraciones deben contemplar lo que cuestan las cosas, de lo contrario caemos en la locura de comparar lentes de 2.000 euros con lentes de 15.000, y terminamos concluyendo: “pero sí, la de 15.000 se ve mejor”. Esto es obvio y no podía ser de otra manera, pero quien paga una producción de lo que entiende es de cuánto le cuesta y qué obtiene. No cabe duda que las casas de alquiler que dispongan de buenos kits de lentes podrán ofrecer a sus clientes distintas alternativas. En cualquier caso, la prueba es sencilla: mismo plano con distintas calidades y elegir, a gusto del consumidor, con el corazón o la cabeza. Aunque a los técnicos nos cueste entenderlo, nuestro trabajo y los medios que empleamos son recursos, no el fin en sí mismo. En la actualidad nuestro trabajo como directores de fotografía implica que sepamos cómo afectará al resultado final la elección de lentes, del sensor y del sistema de codificación empleado. Bajo esta premisa y sobre un presupuesto dado, parte de nuestro trabajo es proponer la mezcla que mejor se adapte a cada audiovisual concreto, comprendiendo cómo afectará nuestra elección a otras partidas del audiovisual. Pondré un ejemplo: si alguien considera grabar con una Canon 5D y poca luz, tendrá que comunicar que planos con movimiento de cámara y cambio de foco requerirán muchos más intentos que si trabajamos en un entorno de súper 35, dada la limitadísima profundidad de campo y la imposibilidad de monitorizar correctamente. En este comentario sobre las ópticas hago una aclaración para los que trabajamos frecuentemente con réflex full frame en modo video: el ángulo de visión que cubren las ópticas de súper 35 no coincide con el que tienen las réflex full frame. Gorka Larralde, amigo y colaborador de TM Broadcast, me ha localizado en Internet los datos aproximados de la tabla 1.
Los que localicéis con la 5D y un 24 – 105 (cómodo por todo lo que ofrece respecto a un visor de director), simplemente llevaos una tabla como esta o una herramienta similar y calculad qué lentes PL necesitáis para los planos que se precisan.
Respecto al sensor, creo que es lo mejor que he visto en este precio. Como ya he comentado, especialmente luminoso (siempre me engaña lo que veo en la pantalla, capta más luz de lo que creo), el ruido con 18 db hay que buscarlo. Miramos en los negros, en entornos oscuros con bajo contraste… cambia la forma de iluminar. Ahora se trata de emplear la luz para crear la atmosfera que se desea y no iluminar para alcanzar los niveles mínimos en los que una cámara puede grabar y que casi siempre con presupuestos limitados produce un efecto irreal de la escena. Tampoco sabemos el ISO real de la cámara, como no sabemos su latitud real. Pero lo que sí sabemos es lo que vemos con nuestros ojos. Hace tiempo que solo hago dos pruebas. Una, grabar con poca luz y bajo contraste y dos, grabar con alto contraste, interior con referencia de ventana, (como he comentado), atardecer o amanecer. Con esos test ya me hago una idea general de lo que tengo entre manos. La siguiente es grabar un ejemplo de trabajo real, editarlo y verlo como lo vería un cliente o espectador. Lo veo en una televisión HD de 42 pulgadas o en un proyector HD a la distancia que normalmente vería una película. No me acerco hasta golpearme con el monitor porque tampoco lo hago cuando voy al cine. No hago cosas como hacer pausa en una panorámica rápida o ampliar al 400 % una imagen para ver dónde se degrada la imagen. No hago esto porque el cine son 24 imágenes por segundo en movimiento vistas a una distancia razonable. Eso sí, en reproducción observo el degradado de fondos desenfocados, el azul del cielo al atardecer que suele presentar ruido, el detalle en zonas oscuras, y, por descontado, etalono hasta comprobar dónde ya no es coherente seguir. Con todo ello me hago una idea de hasta dónde llega ese recurso, nada más. Lo que he visto con esta cámara hace que al retomar la 5D me sienta incómodo y me tenga que recordar a mí mismo la diferencia de precio entre ambas. Como digo, en cuanto pueda publicar algo sobre la Alexa lo haré.
Quizá el codec es el aspecto que más confusión produce a la hora de elegir una cámara. La Sony F3 graba de serie en el formato EX 35 megabits que implementa en su línea XDCAM EX. Es un formato ampliamente adoptado en la industria y muchos broadcaster lo emplean a diario. Es un formato 4:2:0 a 8 bits, algo que para muchas personas de la profesión resulta chocante, pero quisiera recalcar que la calidad final que obtenemos es como ya hemos comentado el resultado del conjunto lente – sensor -codec, no únicamente de este último como algunos insisten. Las cifras e informaciones técnicas que ofrecen los fabricantes son útiles cuando: a) contemplan todos los elementos que determinan la calidad final de la imagen adquirida y b) se comprende que es frecuente que los avances tecnológicos ofrezcan más rendimiento por cada unidad de recurso. Siempre pongo el mismo ejemplo: supongo que nadie duda que un motor de 1.600 cc en 1995 podía ofrecer entonces unos 100 caballos de potencia con un consumo de 10 litros y actualmente es fácil obtener 160 y un consumo de 7,5 litros de esos mismos 1.600 cc, sin perjudicar la longevidad del motor. Siguen siendo los mismos 1.600 cc… ¿Qué ha ocurrido? Simplemente que los ingenieros han logrado más con menos. En las cámaras pasa lo mismo: un sensor de 1/3 de hace 10 años tiene un rendimiento muy inferior a uno de la misma medida hoy en día. Un mismo fabricante defiende en su publicidad que su codec es mejor frente a la competencia y al mismo tiempo, que su sensor más pequeño rinde igual o mejor que el más grande de la competencia. Es algo así como: “cuando me conviene argumento con las cifras tradicionales y cuando no apelo a los avances tecnológicos”. Las cosas son como son, no como uno quiere que sean. En cualquier caso, fiaos solo de lo que vean vuestros ojos. Creo que este codec está muy equilibrado. He descargado de la web de Convergent Design ejemplos del mismo clip a 35 megabits 4:2:0 y a 166 megabits 4:2:2 y debemos hilar muy fino para ver las diferencias. Aún siendo las cosas así, creo que sería deseable encontrar, dado el precio de esta cámara, un codec 4:2:2 y no tener que recurrir al extra del grabador externo, que en función de formatos y posibilidades cuesta entre 1.000 y 3.000 euros. Los usuarios potenciales de esta cámara están acostumbrados a procesos de postproducción intensos, y ofrecer de serie el mejor 4:2:2 posible sería un acierto por parte de Sony. Dicho esto, la opción como ya se ha indicado es grabar de forma externa por las salidas HD-SDI o HDMI (que no son operativas simultáneamente). Podríamos grabar en las tarjetas SxS en 420 y en, por ejemplo, Nano Flash a 4:2:2 en compresión intra cuadro y altas tasas, de forma que pudiéramos editar fácilmente en un portátil el material EX y posteriormente en una estación dedicada trabajar con las ficheros de mayor calidad. En cualquier caso, un procesador actual i7 maneja ya los ficheros 4:2:2.
Sin muchos datos aún, en breve Sony permitirá que la cámara grabe en 4:4:4 con todo el rango dinámico posible que permite el sensor. Deberemos esperar a abril, (fecha que nos indica Sony) y ver lo que da de sí esta posibilidad. Lo lógico será que quien grabe así sea porque ya dispone de un grabador 4:4:4, que probablemente estará en un set de rodaje con el SRW-9.000 o una F-35, y como dice la publicidad, la F3 funcione como cámara “B” en un rodaje de presupuesto elevado. En este aspecto no haré más comentarios porque son cosas que aún están por llegar. Por lo demás, la cámara es como la Ex1R. Menús prácticamente iguales y mismas prestaciones. Cámara lenta a 720 p, time lapses, obturación lenta, stop motion, etc. En breve probaremos estas prestaciones, que se beneficiarán de la riqueza que aporta el sensor.