Taller de creación audiovisual independiente (V). Planificar y controlar la producción
Actores que se retrasan, localizaciones que no se encuentran como estaba previsto, contratiempos derivados de la falta de planificación… Comentaremos qué cosas pueden echar por tierra nuestra producción audiovisual, y cómo evitarlas.
En los audiovisuales de alto presupuesto: publicidad, cine, video clip, documental… normalmente los realizadores y creativos no prestan especial interés a las tareas de producción; básicamente, aquello que hay que planificar, controlar y… ¡conseguir! para que se pueda grabar lo que está previsto. Hay un presupuesto y personas especializadas en lograr todo lo necesario. En el ámbito de la producción independiente o de bajo presupuesto, la historia que queremos contar está constantemente condicionada por limitaciones presupuestarias que no permiten disponer de ciertos medios o de ciertas localizaciones. Tanto es así, que cuando hablas con un guionista (casi siempre Director de la pieza audiovisual) reconoce la enorme diferencia existente entre lo que tenía en su cabeza inicialmente y lo que finalmente logró.
Creo que todos los que tenemos inquietudes narrativas hemos pasado por lo mismo. Pensamos en una narración que, sin darnos cuenta, es la que hemos visto desde pequeños en el cine. Casi todos desearíamos en nuestro trabajo recursos como grúas, travellings, localizaciones nocturnas iluminadas para que parezca que no lo están, la perspectiva y profundidad de campo del 35 (por descontado)… ¡tantas cosas! Pero al tener que estar constantemente renunciando a lo que imaginamos finalmente redefinimos la historia y casi siempre el resultado es frustrante. Llegados a este punto, tenemos dos caminos: el primero, como comentamos, es cambiar todo aquello que no podemos hacer y sacar el audiovisual como podamos (lícito y habitual), o bien, desde el principio no incluir nada en el guión y en la puesta en escena que sepamos que no vamos a conseguir, y aun así, lograr un buen resultado.
Hablemos de ello. La primera cuestión que abordamos en producción es el equipo de cámara. Una película no puede ser buena o mala dependiendo de los medios disponibles. Hay quien considera que sin la estética del 35 el resultado será pobre. Desde hace dos años, cuando las réflex que graban vídeo aparecieron en el mercado, muchas personas empezaron a grabar audiovisuales con ellas, y con independencia de las limitaciones que tienen, los resultados fueron soberbios. Hasta entonces (y aún hoy en día) quienes no podíamos grabar en cine lo hacíamos en vídeo y si estaba a nuestro alcance, empleábamos los adaptadores para ópticas fotográficas logrando estética de 35.
Pero igualmente demandábamos movimientos muy habituales en el cine, como los planos grúa, los steady y los planos sobre travelling. El director – guionista se empeñaba en ello y, pidiendo favores o alquilando, lograba algunos de esos recursos, pero casi siempre la calidad de los medios que se conseguía era pobre y el resultado también. ¿Por qué comento esto? Porque cuando el presupuesto es muy reducido (¡o cero!), cada línea que escribas en tu guión debe contemplarse en términos de producción: ¿podré hacerlo? ¿cuánto costará?.
Y un último apunte al respecto. Un guión pobre llevado a la pantalla con todo lujo de medios solo es capaz de engañarnos durante unos instantes. Nunca la brillantez en la ejecución técnica debería ser una finalidad. Si te detienes un momento a pensar, verás que muchas películas que son machacadas por la crítica tienen una excelente factura técnica. El público no va al cine para ver cuán fluido puede ser un plano realizado con la última generación de, por ejemplo, cabezas calientes.
Simplificando mucho, en producción tenemos dos grandes retos: conseguir todo lo necesario “delante de la cámara” y todo lo imprescindible para poder grabar como pretendemos. Frente a la cámara tenemos localizaciones y personas. Además, esas localizaciones en ocasiones requieren ser modificadas, restando o sumando elementos, y esas personas deben ser igualmente completadas o modificadas. Todo esto supone un gran esfuerzo económico y personal. ¿Por dónde empezamos?.
El guión es nuestro referente. Tras una primera lectura en privado y otra a viva voz con el director, definiremos el tono emocional del audiovisual. Me gusta preguntar a los clientes qué quieren que quede en la cabeza (y el corazón) de la persona que acaba de ver su trabajo. Antes que el argumento, el tema tratado, cómo se ha tratado o la interpretación, procesamos emociones. Por ejemplo, vemos un videoclip y sentimos algo. El grupo nos parece gente divertida, el vídeo nos entristece, nos emociona… ¡primero las emociones! No podemos olvidar que contamos historias. Esas emociones dan una primera pista de qué recursos necesitamos. Vamos a ver un desglose de necesidades típicas en nuestro trabajo en cuatro grandes grupos:
– Equipo de cámara, audio e iluminación.-
– Actores (y cómo hacerlos creíbles: vestuario, maquillaje, atrezo, etc.).
– Localizaciones: cuáles, cómo conseguirlas, cómo controlarlas y adaptarlas a nuestras expectativas.
– Logística: comer, dormir, desplazarnos…
Equipo de cámara, audio e iluminación
La cámara que emplees determina en una parte el acabado final de tu trabajo e igualmente te condiciona en ciertos aspectos. Si yo tuviera que elegir entre destinar dinero a grabar con profundidad de campo y perspectiva de 35 o disponer de las localizaciones y actores que yo deseo, sin duda me quedaría con lo segundo. La historia raras veces es la estética, si bien es cierto que cada historia se beneficia de una estética determinada. Pero no caigas en el error de tratar de salvar un mal guión o una mala interpretación con un acabado cuidado como ya hemos comentado. Hay cientos de películas en las que se puede observar este fenómeno.
Si buscas estética cine, las DSLR o los adaptadores para ópticas fotográficas serán la alternativa de primer nivel. Tendrás que salvar las limitaciones que tienen las primeras como cámaras de fotos que son o la pérdida de luz de los segundos. En el caso de las DSLR, portabilidad, economía y acabado (muy próximo al cine) se enfrentarán con la dificultad de operar y el codec de compresión (de momento a enero de 2011). Pero con ambas opciones el coste de rodaje es bajo. No solo necesitas una cámara, necesitarás probablemente un trípode que costará más o menos, entre otras cosas, dependiendo del peso de la cámara. Lo mismo para las baterías y tarjetas. Casi siempre cuanto más cara es una cámara más caros son sus accesorios. Debes reparar en ello y en todos los elementos que permitirán rodar y controlar el trabajo, como visores, monitores y un ordenador para volcar el material y hacer comprobaciones, filtros, parasol, mando de foco…
En la práctica cada proyecto es diferente, y verás personas que con la 5D y un 50 milímetros trabajan cámara en mano y quienes requieren un arsenal de gadgets sin los que no pueden trabajar. Piensa que, a medida que incluyes elementos, necesitas más control. Cosas aparentemente absurdas como un cargador específico de baterías o un simple cable HDMI que falle arruina un trabajo. Piensa en cómo proteger el equipo y en qué posibles eventualidades tendrás cuando planifiques la parte de cámara en producción.
Cuando alquiles equipo, haz un listado minucioso del material necesario escena por escena, casi incluso, plano por plano. Busca dónde encontrar los equipos, calcula el coste de la forma más certera posible y ten en cuenta los tiempos de entrega y condiciones de cada proveedor de servicios, así como los contratos que deberás firmar. No conozco a ningún director al que no le haya costado más dinero del inicialmente previsto finalizar su audiovisual. Si como muchos de nosotros, buscas el material entre amigos y conocidos, entiende lo que representa para quien vive de esta profesión prestar sus equipos. Sé extremadamente cuidadoso. Ojala no tuviera que recordar esto… pero es así.
Con otros recursos de rodaje como grúas o travellings, ten en cuenta que ya solo transportarlos requiere una logística concreta. Sin duda habrás visto grúas y travelling portables, pero pocas veces ofrecen el resultado deseado. Normalmente no son todo lo fluidos y estables que se desea, y el resultado visual se queda en un “quiero y no puedo”. No es infrecuente que cuando encuentras equipos a precios muy ventajosos en alquiler no suelen disfrutar de un buen mantenimiento. Igualmente si tienes estimados tus costes por horas, piensa que estos equipos requieren tiempo para desembalar, instalar y practicar los movimientos con el director. Algunos directores me confiesan el tiempo perdido y el pobre resultado obtenido con, por ejemplo, una steady cam de batalla o un travelling lateral que no permite hacer arranques y paradas suaves. Piensa de forma práctica y económica en todo momento. ¡No olvidemos que estamos hablando de audiovisual independiente!.
Respecto al sonido es importante que comprendas la importancia que tiene en el presupuesto. Cuando hablo de sonido me es imposible disociarlo de la partida de localizaciones. Éstas condicionan la captación de audio mucho más que la de vídeo. El mejor equipo de captación de sonido perderá la batalla en una localización en la que el volumen de ruido indeseable es alto. Aquí el trabajo consiste en lograr localizaciones en las que el sonido que no queremos sea, por este orden: inexistente, bajo, o al menos predecible. El coste de un buen equipo en alquiler es bajo si lo comparamos con el de vídeo, no escatimes en esta partida. Y finalmente respecto a la iluminación, como ya mencionamos en otro artículo, hay que tener en cuenta que no es lo mismo iluminar un plano corto que uno general. En este tipo de producciones, cuando hablamos de planos generales, poco o nada podrás hacer. Aún así, si cuentas con iluminación artificial, ten muy en cuenta en tu partida de producción que has de disponer de suficientes baterías y el consumo eléctrico que supondrá la carga de las mismas. Todos hemos experimentado como por poner tres “butanos” de 1.000 vatios hemos dejado a toda la comunidad sin luz. Si no iluminas, busca aquellas localizaciones favorables que ofrezcan luz ambiente y evita en la medida de lo posible grandes contrastes. Como en las otras partidas, analiza cada plano en términos de condiciones de sonido y luz. Haz pruebas previas y compara. Por ejemplo, pongamos la típica escena que ocurre en el interior de un coche pero hay planos de la calle con actuación. Las condiciones dentro del coche pueden ser válidas pero fuera quizá resulten imposibles. Hasta la fecha el rendimiento de las DSLR en escenas con luz de la calle son insuperables en relación calidad- coste. Sin duda los fabricantes de cámaras de vídeo se están adaptando al fenómeno DSLR y a corto plazo tendremos cada vez más opciones de grabar con estética de 35 a costes asequibles.
Actores (y cómo hacerlos creíbles, vestuario, maquillaje, atrezo, etc.)
Para producción, los actores son siempre un trabajo complicado. No por ellos, (que a veces sí…) sino por la cantidad de tareas que debemos llevar a cabo con ellos. Desde recogerlos a facilitarles el transporte hasta su vestuario, maquillaje y atrezo. Quien lleve la producción, si es buen profesional, terminará sabiendo muchas cosas ya que lo mismo debe alquilar un cámara y tener conocimientos para ello, como buscar un maquillador especializado o encontrar billetes de avión baratos. Cuando contamos con actores principiantes normalmente no tenemos muchos problemas, (desde el punto de vista de la producción). Cuando son ya conocidos, algunos, solo algunos, sacan a relucir el ego en todo su esplendor y ponen a prueba nuestra paciencia con peticiones que descolocan el presupuesto (transportes caros, hoteles caros, comidas caras…). Y nosotros, con buena cara. Insisto en que son las excepciones, pero algunos rodajes independientes se tornan inviables por este aspecto. Mantén tu presupuesto bajo control.
Respecto a la ropa, muchos principiantes no le dan la suficiente importancia al tema. En la ficción los personajes son lo que queremos que sean, y una personalidad determinada se nutre de muchos aspectos, no solo de una correcta interpretación. Tu personaje viste normalmente como una extensión de su personalidad, y no solo ropa, son accesorios y complementos. Imagina que uno de tus personajes es un niño fino con buen coche, buena ropa, complementos de marca y gadgets electrónicos de última hornada. El mero hecho de dotarle de todo eso supone que muchos cortos sencillamente no se pueden hacer. El riesgo de conseguir todo de “prestado” es verdaderamente alto, lo normal es que a última hora siempre falle algo. Y qué decir cuando de cada conjunto de ropa necesitamos varios iguales, en el caso de escenas que suponen deterioro de las mismas y que no siempre salen a la primera… Recuerdo nuevamente: cada línea del guión debe ser presupuestada. Lo mismo ocurre con el maquillaje. Con presupuestos limitados, casi siempre surgen fallos de raccord en maquillaje, peluquería, vestuario y atrezo.
Cada vez me reafirmo más en que en el cine independiente rodar de forma lineal es más acertado. Al menos rodar cada escena del tirón. Resulta delirante ver cómo mientras unos intentan que a plena luz del día una habitación parezca de noche, otros limpian las manchas de la única camisa que tenía el actor porque el plano anterior no fue bueno. En una ocasión, sobre las seis de la tarde en verano, unos “expertos” trataban de oscurecer las ventanas e impedir el paso de la luz para simular noche… Tardaron exactamente tres horas en lograr que cualquiera viera que en el exterior seguía siendo de día. Media hora más tarde ya era de noche, esta vez de verdad. Creo que con presupuestos modestos muchas cosas de las que vemos en películas realizadas con mucho dinero son impensables. Finalmente hacer un apunte respecto a los ensayos. Representan un coste a considerar si tenemos que alquilar un plató o una sala, o como mínimo, tener la cortesía de ofrecer comida y bebida durante los mismos. Creedme: un corto, un videoclip… siempre cuestan más de lo que uno cree, ¡incluso los muy malos!.
Localizaciones: cuáles, cómo conseguirlas, como controlarlas y adaptarlas a nuestras expectativas
La ficción precisa normalmente de una puesta en escena más elaborada y controlada que el reportaje social o el documental. Por supuesto, esto es una generalidad. En una entrevista, por ejemplo, tratamos de que el lugar donde entrevistamos no incluya elementos que distraigan la atención o que provoquen una asociación negativa. De la misma forma, podemos añadir algún elemento con el cual confeccionar el plano de una forma más acorde a la expectativa, reafirmando lo que se cuenta o añadiendo elementos que puedan dar información o credibilidad extra. No obstante, normalmente solo quitaremos o pondremos cosas que están allí. Emplearemos el sentido común, pero no habrá una escenificación como tal. Sin embargo en la ficción, al igual que los actores son como queremos que sean los personajes, las localizaciones deben ser también un reflejo de la historia. El público ve mucho cine y distingue fácilmente entre la habitación que te ha prestado un vecino que tiene la misma edad que el protagonista y la habitación que debería tener ese protagonista. Lo habitual es: mi padre me deja su coche y mi vecino me deja su casa. Un amigo tiene una cámara y mi novia interpreta muy bien… ¡ya podemos hacer nuestro corto! De acuerdo si es un puro divertimento, pero definitivamente no si se pretende contar una historia creíble. No entraré en la discusión de si debe haber muchas o pocas localizaciones para obtener una mejor puesta en escena. Creo que no van por ahí las cosas. Debemos contar con las que la historia requiera, así de simple.
Pero ese trabajo implica encontrarlas, y adaptarlas si fuese necesario con elementos de atrezo. Creedme: la localización bien elegida aporta mucha credibilidad a la historia. Para ello deberás buscar y tomar referencias. Hoy en día si se va a grabar con réflex digital localizar es una maravilla, porque esa misma cámara nos permite saber qué espacios y con qué proporciones logramos cubrir la localización, y por descontado, en modo vídeo, podemos ver los niveles de luz existente en relación a los diafragmas e ISOs que empleemos. La cámara en ese mismo instante nos permite saber si la localización se ajusta a nuestras necesidades en términos de grabación. El resto pasará por determinar si estéticamente es lo que queremos y valorar qué elementos podemos quitar (si fuese necesario y posible) y cuáles añadir a la escena. Controlar el coste de todo ello, si son alquiladas o el tiempo de dejar todo en perfectas condiciones es un aspecto importante de producción.