Tutorial de composición
Os planteamos con esta entrega una propuesta novedosa. Ofrecemos un tutorial de composición basado en la aplicación eyeon Fusion. Los conceptos que vamos a exponer serán fácilmente aplicables a cualquier otra aplicación que tenga la misma finalidad, con la única salvedad de las herramientas o los parámetros que cada una permita manipular. Os recordamos que en las páginas web (tanto de éste como de otros desarrolladores) existen tutoriales y foros donde ampliar y complementar de forma gratuita toda esta información.
Primero. ¿Qué es componer?
Antes de comenzar hay que aclarar en qué consiste el proceso de composición y las razones para llevarlo a cabo. En todo montaje audiovisual, desde un largometraje de cine, hasta un corto anuncio de televisión, se presenta una secuencia de planos que se han montado en el proceso de edición. Pero cada uno de los planos no siempre se puede rodar tal cual lo vemos.
Aquí es donde entra el proceso de composición, que nos permite construir un plano combinando distintos elementos, rodados o generados por separado. Se trata de construir una imagen combinando distintas capas, pero de una forma mucho más sofisticada de la que nos permiten las capas de un software de edición.
No es un proceso que sirva para corregir errores de rodaje, edición o planificación. Más bien al contrario, las imágenes para componer deben ser concebidas y rodadas desde el principio con esta finalidad. Como siempre, la planificación nos ahorrará multitud de horas de trabajo y quebraderos de cabeza.
Una de las características que más llama la atención en la mayoría de las aplicaciones de composición es que no están basadas en una estructura de línea de tiempo, sino en una estructura de nodos. Esta disposición, que inicialmente puede parecer más complicada, nos brinda una potencia que no tenemos con el clásico apilado de capas en una línea de tiempo. Por ejemplo, la estructura de nodos nos permite aplicar una máscara única a una serie de elementos, sin que afecte a otros elementos intercalados entre los primeros. Si imaginamos una imagen con diez capas, podríamos aplicarla a las capas 3, 5, 6, 7 y 9 sin que afectase a las capas 1, 2, 4, 8 y 10.
Y como su finalidad primordial es construir planos individuales, y no determinar la secuencia entre planos, podemos prescindir de la clásica línea de tiempo con capas apiladas. De hecho, existen aplicaciones de edición que utilizan, como si fuese un plug-in, un enlace a una aplicación de composición.
Segundo. El interface.
Una vez abierta la aplicación nos encontramos con un entorno vacío, en el que distinguimos distintas áreas:
La parte superior con la barra de título, barra de menús y barra de herramientas, una gran parte central con los visores, área de trabajo, y área de controles de las herramientas y una parte inferior con la escala de tiempo y los botones de transporte. Todas las ventanas de la parte central se pueden redimensionar, simplemente arrastrando las líneas que las delimitan.
En la Imagen 1 os mostramos el aspecto de la aplicación al abrirla y sin ninguna composición aún cargada. Desarrollaremos la mayor parte de nuestra actividad en el área de trabajo, donde montamos y enlazamos todas las herramientas para lograr nuestro propósito.
Vamos entrando un poco más en detalle. En la parte superior, ampliada en la Imagen 2, distinguimos 3 grupos de botones: en primer lugar los clásicos nuevo, abrir, guardar, cortar, copiar, pegar, deshacer, rehacer, eliminar. A continuación cuatros distintas opciones de distribución para los elementos del área central, y el botón bins que nos abre la ventana que alberga todas las herramientas y elementos de configuración. Y por último una barra con un conjunto de herramientas, personalizable con las que elijamos, así como otros elementos que se tratarán en capítulos sucesivos.
En la Imagen 3 mostramos un montaje con distintas capturas de la ventana de bins para mostrar algunas de las herramientas, siempre clasificadas por grupos.
Aunque ya hemos explicado que las tareas de composición no se basan en una línea de tiempo, sino en nodos, sí es necesario disponer de una escala de tiempo. Ésta es necesaria para poder controlar los parámetros de las herramientas a lo largo del tiempo. Esta escala es la que encontramos en la parte inferior, mostrada en detalle en la Imagen 4, que también alberga los controles de desplazamiento (play, inicio, fin, adelante, atrás…) así como distintas configuraciones de calidad de visionado, para adaptar la visualización a las capacidades gráficas de la máquina con la que estemos trabajando.
Y en la parte superior derecha del área de trabajo encontramos unas pestañas que nos permiten trabajar en ella con distintos contenidos, mostrada en detalle en la Imagen 5. «Flow» es el área de flujo donde montaremos y conectaremos nuestros nodos. «Console» es una pantalla de mensajes de texto para dejar y compartir información con otros usuarios. «Timeline» es una vista del conjunto de herramientas en formato línea de tiempo. Y «Spline» es otra vista de línea de tiempo donde vemos y manipulamos los nodos de los parámetros de las herramientas y el comportamiento entre ellos (lineal, curva suave).
Tercero. ¿Y ahora… qué?
Ahora toca entender el funcionamiento de la aplicación. Básicamente, la finalidad de toda composición será modificar el contenido o apariencia de imágenes existentes hasta lograr el objetivo deseado, y por imposible que parezca, hoy se puede lograr prácticamente cualquier cosa: no hay más que echar un vistazo a las imágenes que se ven en todo clase de películas, no sólo de animación o ciencia-ficción, porque también las encontramos incluso en series y anuncios de tv. Precisamente hacer una imagen creíble en la que «no se note nada artificial» es el mejor indicativo de un trabajo bien hecho.
Si echamos un vistazo a la Imagen 6, que muestra el aspecto de una composición elaborada, llama la atención la ventana de flujo con multitud de «nodos» conectados entre sí mediante «líneas». Los nodos representan las herramientas, todos tienen un punto de salida representado con un cuadrado rojo, y más o menos puntos de entrada, generalmente de distintos colores. Cada herramienta recoge la imagen que tiene en su entrada, le aplica la transformación que determinan sus parámetros, y la entrega en la salida. Y mediante las líneas conectan la salida de cada herramienta con la entrada de la siguiente.
Es muy sencillo entender el comportamiento del sistema si hacemos una analogía y pensamos en una red de «tuberías» por las que fluye un líquido. Cada herramienta producirá una alteración en alguna de las propiedades del liquido (color, temperatura, densidad,…) y así llegará a la entrada de la herramienta siguiente que producirá una nueva alteración. Y al igual que en una red de líquidos, generalmente necesitaremos una entrada o una fuente, y una salida.
Cada composición puede tener una red más o menos compleja de nodos y conexiones. Pero en general, y siempre que trabajemos con imágenes, precisaremos dos herramientas muy concretas para darles entrada y salida en nuestra composición: «Loader» y «Saver» respectivamente, aunque veremos que no siempre son imprescindibles. Las que sí resultan imprescindibles son las herramientas «Dissolve» y «Merge» para combinar dos (y sólo dos) imágenes planas. Ambos grupos se muestran en la Imagen 7.
Cuarto. ¿Podemos empezar ya?
Sí. Vamos a crear nuestra primera mezcla de imágenes, que es la operación más sencilla. Puede resultar demasiado elemental para quienes ya lo conocen, pero consideramos necesario explicarlo porque esta mecánica es la base de funcionamiento que nos permitirá entender y avanzar en el uso de la aplicación. Para ello vamos a crear un fondo y mostrarlo en uno de los visores, también crearemos un texto y lo mostraremos en el segundo visor, y por fin añadiremos una herramienta de combinación «merge» para combinar ambas imágenes. El tratamiento con imágenes de vídeo o cine se hará igual.
Casi siempre habrá más de una forma de lograr el mismo resultado, en este caso, para incluir una herramienta en el área de trabajo (atención, comprobar que tenemos visible el contenido de «Flow» en este área) podemos:
Localizarla en la ventana de «Bins» y arrastrarla desde ahí, arrastrarla desde la barra de herramientas de la parte superior, si está en ella. O haciendo click derecho en el área de Flow, seleccionando «Add tool…», deteniéndonos sobre la carpeta que la contiene, y eligiéndola cuando se despliega el tercer nivel de menú.
En nuestro ejemplo vamos a arrastrar las herramientas «Background» y «Text+». Se encuentran en la carpeta «Creator» y también en la barra superior, etiquetados como «BG» y «Txt+» en color verde.
Una vez que las tengamos situadas en el área de flow, de nuevo tenemos varias opciones para mostrarlas en cada uno de los visores:
Arrastrando la herramienta hasta el visor y soltándola allí, activando los pequeños botones que aparecen junto al borde inferior izquierdo de cada herramienta (ver Imagen 8), haciendo click derecho sobre la herramienta y seleccionando «View on…» o, con la herramienta seleccionada (su icono en el área de flow en color marrón claro, y sus controles visibles en la columna de la derecha) pulsando las teclas 1 ó 2 del teclado se mostrarán en los visores izquierdo y derecho respectivamente.
Los visores, hasta ahora vacíos, muestran un nuevo conjunto de iconos en su parte inferior (y/o a los lados, según que herramienta muestren) que se tratarán en su momento.
Para seleccionar el color de fondo, seleccionamos la herramienta «Background» (click izquierdo sobre ella) y en la ventana de la izquierda, en sus controles elegimos la combinación RGB que prefiramos, o bien, pulsando el botón «+» justo debajo de la etiqueta «Color» desplegamos los controles que nos permiten seleccionar visualmente el color y tono en la rueda. Si lo seguimos viendo negro, tendremos que actuar sobre la barra adyacente que controla la luminosidad y… listo. En nuestro caso hemos dejado un azul.
Un aspecto importante. Habréis visto que los controles de los deslizadores RGB se mueven siguiendo vuestra selección de color, tono y luminosidad, pero no en el rango habitual de 0 a 255, sino en el rango de 0.0 hasta 1.0 con infinidad de decimales. Esta característica también la encontramos en las coordenadas de pantalla y en todos los demás controles. Está concebido así para que la misma composición, sin ninguna modificación, sirva para tratar cualquier calidad de material, con cualquier profundidad de color y en cualquier resolución. A la larga es una maravilla de compatibilidad y ahorro de esfuerzo.
A continuación seleccionamos la herramienta de texto, y en la caja «Styled text» de su ventana de control escribimos nuestra frase. Si queremos modificar el color, encontramos el parámetro en la pestaña «Shading».
A estas alturas, también habréis apreciado que incluso herramientas tan sencillas como éstas disponen de una inmensa cantidad de controles. Por ahora no nos detendremos en ellos, sólo os confirmamos que detrás de cada botón «+» se abre una nueva colección de parámetros, y que el mismo botón con un «-» las repliega.
Volvamos al objetivo de nuestra primera lección: ¿cómo hago para montar estas dos imágenes?. Debo incluir en el área de «Flow» una nueva herramienta, «Merge». Se encuentra en la carpeta «Composite» y en la barra de herramienta superior etiquetada como «Mrg» en color blanco. Y este es el momento de fijarnos en las entradas y salidas de cada herramienta. Tanto «Background» como «Text+» tenían una única entrada de color azul que se identifica como «EffectMask» al detenernos sobre ella. Pero la nueva herramienta «Merge» añade dos entradas más: «Background» y «Foreground», fondo y frente respectivamente, y mediante ellas controlaremos que imagen se verá por encima de la otra.
Ahora conectaremos la salida de la herramienta «Background» con la entrada amarilla del Merge (casualmente con el mismo nombre, porque significa fondo). La forma de hacerlo es haciendo click izquierdo en la salida de la herramienta y arrastrando hasta la entrada elegida de la nueva herramienta. Al hacerlo correctamente veremos que se traza y se queda dibujada la línea que las conecta. Podemos hacerlo igual desde «Text+» hasta la entrada «Foreground» y no importa si las líneas quedan aparentemente cruzadas. En cuando soltemos el esquema se reordena automáticamente para evitar cruces de líneas (mientras sea posible). También podemos arrastrar las herramientas a una nueva posición, las conexiones permanecerán.
En el caso de la herramienta «Merge» no es necesario arrastrar las herramientas hasta la entrada concreta, bastaría con soltar encima de su caja. La primera que conectemos irá a «background» y la segunda a «foreground». Pero ni siquiera esto sería necesario. Existe un atajo importante que usaremos a partir de ahora: si arrastramos la salida de cualquier herramienta hasta la salida de otra herramienta, automáticamente se creará el «Merge» (sin necesidad de tenerlo de antemano en el «flow») asignando la primera salida que hayamos cogido como frente y la segunda como fondo.
Aunque ya podría prescindir de alguna de las vistas anteriores, voy a abrir una nueva en ventana flotante, desde el menú «Window / New view». Ahora tengo tres visores y el último de ventana flotante me permitiría dar salida a través de una tarjeta adecuada en el ordenador a un monitor externo. También bajo cada herramienta tengo ahora tres botones de visualización.
En la Imagen 9 mostramos el aspecto con las tres herramientas seleccionadas para ver en la columna derecha sus parámetros parcialmente desplegados.
La razón de haber elegido una herramienta «Merge» en lugar de «Dissolve» es que la primera nos permitirá controlar las posiciones relativas de ambas imágenes (posición, escalado, rotación,…). Esta característica se verá junto con las máscaras.
TXT: Luis Pavía